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Por Roberto Arechederra
Cualquier idea de nuevo negocio, o emprendimiento, requiere de inversión para funcionar. Ya sea con recursos del propio emprendedor o por medio de inversionistas externos, con deuda o capital, los negocios requieren de liquidez para operar y para hacer inversiones que les permitan conseguir sus objetivos.
Los emprendedores siempre muestran preocupación sobre en ¿cuánto valuar su empresa?. De hecho una de las causas comunes para que un inversionistas se niegue a participar, además del modelo de negocio, es la valuación de dicho emprendimiento.
Ya diría Pablo Fernández, Profesor del IESE, en su libro Valoración de Empresas:
“La valoración de una empresa es un ejercicio de sentido común que requiere unos pocos conocimientos técnicos y mejora con la experiencia. Ambos (sentido común y conocimientos técnicos) son necesarios para no perder de vista: ¿qué se está haciendo?, ¿por qué se está haciendo la valoración de determinada manera? y ¿para quién se está haciendo la valoración?
Y efectivamente, al momento de calcular el valor de una empresa no se debe perder de vista el objetivo y hacia quién se compartirá ese cálculo. Generar un valor bajo podría hacer que “regalemos” participación de la empresa, pero por el lado contrario, encarecer el valor de la misma, complicará innecesariamente la consecución de inversionistas.
No debemos perder de vista que la valuación que se presenta es el precio al que el emprendedor está invitando a invertir en una parte de la empresa. Ya sea para dar entrada a un inversionista individual, también llamados inversionistas “ángel”, o bien a capital emprendedor (Venture Capital por su denominación en inglés).
Por ello, despachos como Análisis Bursar busca generar relaciones de alto impacto entre fuentes de financiamiento, asesores y emprendedores para fomentar el empleo, el crecimiento económico y de un ecosistema que ofrezca alternativas adicionales y atractivas de inversión a quienes cuentan con recursos financieros.
Para lograr una buena valuación hay varios conceptos que se deben tener en mente. El primero de ellos es el de Valor Premoney y Valor Postmoney.
El valor premoney de una startup es la valuación de la misma previo el ingreso de un inversionista. Mientras que el valor postmoney es el valor de la empresa una vez incorporada la nueva inversión.
Como muchas cosas en la vida, en ocasiones es mejor entenderlas con un ejemplo. Supongamos que un Fondo de Venture Capital pacta con una Startup una inversión de $500,000 pesos a cambio de 25% de la sociedad. Calculemos el valor premoney y postmoney.
Si el fondo recibe 25% de la empresa por una inversión de $500,000 pesos, eso significa que el total de la sociedad, esto es el 100%, está valuada en $2 millones de pesos. Haciendo la matemática básica, tenemos que el 25% de dichos $2 millones, son justamente $500,000 pesos. Este valor es Postmoney ya que incluye la inversión del fondo en cuestión.
Para calcular la valuación premoney se debe eliminar la inversión, lo cual arrojaría una empresa con valor de $1.5 millones de pesos. Este valor lo podemos definir como aquel que han logrado los emprendedores previo a la nueva inversión de venture capital.
Seguramente se estará preguntando, y ¿cómo llegamos a ese valor de $1.5 mdp? Primero me gustaría señalar que los métodos de valuación tradicionales, especialmente aquellos basados en proyección de flujos de efectivo, utilizan hipótesis que no son aplicables del todo a empresas de nueva creación. Están pensados para empresa en marcha y con flujos ya probados. Lo cual no es el caso de una Startup.
El Venture Capital al analizar el valor de una Startup, no usará métodos tradicionales, se basará más en el valor de inversión que le permitirá conseguir un retorno que se ha fijado como objetivo. Este rendimiento pudiera ser, por ejemplo, 5 veces (5x) el capital invertido en un plazo de 5 años.
Pero al final, la valoración tendrá un componente de negociación, en otras palabras hay subjetividad involucrada. Esto significa que la misma empresa pudiera tener valuaciones distintas con inversionistas distintos y momentos del mercado distintos.
Sin embargo, lo mejor es que las valuaciones contemplen el logro de ciertos objetivos en el tiempo, además de la velocidad con que la empresa “quema” sus recursos. Lo que quiero decir es que un mecanismo de valuación puede ser la necesidad de recursos que tiene la empresa para por ejemplo generar un prototipo y mantener la operación durante un año.
De esta forma, podemos concluir que la valuación de una Startup debe estar ligada más a sus necesidades de efectivo que al valor de la empresa per se ya que no cuenta con una historia que la respalde y el futuro será muy incierto. En la medida que la empresa vaya completando su plan de crecimiento podrá solicitar nuevas rondas de financiamiento y eso hará que el valor de la empresa crezca ante la posibilidad de empezar a generar flujos.
Como diría Nicolas Boileau (1636-1711) poeta y crítico literario francés:
“Volved a emprender veinte veces vuestra obra, pulidla sin cesar y volvedla a pulir”.